Ahora mismo estaréis pensando que soy un ser despreciable. Echando espumarajos por la boca, ojos inyectados en sangre y puño en alto, estaréis empezando campañas de firmas contra Alita de pollo en Change.org por imbécil, encendiendo antorchas y avanzando como una muchedumbre enfurecida hacia mi casa. Lanzaréis cócteles molotov a través de mis ventanas, echaréis la puerta abajo y me amordazaréis, arrastrándome hasta una pira donde pensáis quemarme por hereje. Pues bien, mientras me atáis contra el poste y leeis los cargos por los que se me condena a morir, leed el artículo completo y veréis que no miento.
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Massachussetts, Estados Unidos. 1966. En un despacho de la Universidad de Boston se encuentra reunido el departamento de Genética, leyendo el último Informe sobre prevalencia de enfermedades crónicas entre la población norteamericana. En el mismo, observan un dato curioso: la población afroamericana presentaba el doble de afectados por hipertensión con respecto a la población blanca. ‘Como si no tuvieran bastante castigo con ser negros JAJAJA’, suelta el jefe del departamento mientras los profesores adjuntos y los becarios le rien forzosamente la gracia. Además, en esa época ser racista hasta molaba.

(Pequeño paréntesis imprescindible para entender la siguiente parte de este artículo)
La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica caracterizada por un incremento continuo de las cifras de la presión sanguínea en las arterias. Las principales causas de esta enfermedad son la ateroesclerosis y, quedaros con este dato, la cantidad excesiva de sales en el cuerpo humano, que aumenta la presión osmótica sanguínea forzando a retenerse agua, lo que provoca aumento de la presión sanguínea. Dicho de otra forma muy simplificada, a más sal en el cuerpo, mayor volumen de agua y mayor presión sanguínea.
Tras unas cuantas semanas analizando los datos, los científicos llegan a la conclusión de que esto se debe a que al ser originarios de climas tan cálidos y secos como los africanos, han desarrollado una tendencia natural a retener agua y sodio para evitar la deshidratación, lo cual lleva aparejado el mayor riesgo de desarrollar hipertensión. Para dar carpetazo al asunto y darse palmaditas en la espalda por lo listos que son, lo comparan con los datos estadísticos de hipertensión en los paises africanos para confirmar su hipótesis.
Estupefactos, frotándose las gafas de incredulidad, descubren algo que rompe sus teorías: las cifras de afectados por hipertensión de los negros en el continente africano son significativamente más bajas que las de entre los negros norteamericanos. El dato era aún más chocante teniendo en cuenta que los afroamericanos no estaban expuestos a las condiciones climatológicas presentes en el continente africano, luego la adaptabilidad al clima como explicación a esta alta tasa de hipertensión no era válida.

En 1983 nació una teoría para explicar este fenómeno y a día de hoy, sigue siendo la hipótesis más aceptada para explicar esta diferencia. Esta teoría cuenta con una curiosa e interesante historia detrás, que ilustra muy bien dos principios básicos que son los que permiten a la ciencia seguir avanzando tan eficazmente hacia la búsqueda de la verdad:
- No hay que dar nada por sentado hasta que no de demuestre o desmienta empíricamente.
- La teoría Darwinista de la evolución sigue petándolo año tras año.

En una ciudad portuaria en algún lugar en la costa de la Confederación Ashanti (actual Ghana). 1859.
Mutombo avanzaba lentamente encadenado por los pies a sus familiares, amigos y vecinos de su tribu, dolorido por los latigazos y la batalla del día anterior contra los guerreros ashanti, más numerosos y mejor armados que su débil poblado del interior de África sub-sahariana. Desde hacia unos cuantos años, los reyes ashanti habían aumentado enormemente su influencia y riqueza comerciando con los colonos norteamericanos. Oros y esclavos, capturados de entre las tribus débiles y fragmentadas como la de Mutombo que se encontraban fuera de sus fronteras, a cambio de armas con las que seguir expandiéndose.
Mutombo subió al barco que le llevaría al Nuevo Mundo sin saber el infierno que les esperaba en aquella galera maloliente y vieja. Sesenta días en el mejor de los casos, más de 80 si el viento no acompañaba, hacinados doscientos esclavos en un espacio minúsculo sin ventilación; donde dormirían, comerían una vez al día y beberían un par de cucharones soperos de agua por jornada. La desnutrición, deshidratación y úlceras infectadas por el roce de las cadenas eran el día a día de los esclavos pasajeros. La disentería, la deshidratación o saltar por la borda presos de la desesperación, las principales causas de muerte que apuntaba el médico a bordo en el cuaderno de bitácora.
Mutombo tuvo que presenciar con infinita impotencia y desesperación cómo morían sus hermanos, su madre y uno de sus hijos, delante de sus ojos y sin poder remediarlo, aparte de compartir sus escasas raciones y esperar que todo pasara. Tras el largo y penoso viaje, casi la mitad de los que le acompañaron habían muerto. Ya en el puerto de destino, la subasta lo llevó a una plantación cerca de Abbeville, Louisiana, donde trabajaría de 8 de la mañana a 7 de la tarde bajo el sol abrasador y con el agotador ejercicio físico que suponía recoger y cargar con kilos de algodón. Codo con codo con Mugabe, Prempeh, Nyame y otros esclavos negros que, como él, habían tenido la ‘suerte’ de sobrevivir al largo viaje desde las costas africanas hasta la esclavitud norteamericana, reemplazando a los esclavos muertos por agotamiento en la plantación por nuevos africanos traídos en las espantosas y mortales galeras.
Tanto Mutombo, Mugabe, Nyabe, y todos los negros africanos que sobrevivieron al viaje, tenían algo en común: una ligera ventaja genética. Esta particularidad genética que algunos africanos tenían era la que les permitía sobrevivir a la deshidratación, diarreas y vómitos que les acompañaba durante el viaje transatlántico.
A las costas norteamericanas llegaban con vida sólamente aquellos esclavos que, por buena salud o por genética propia, eran capaces de retener más liquidos y sales que sus compañeros de viaje (aquí teneis un ensayo completisimo con argumentos a favor y en contra de esta hipótesis) .Esta tendencia se acentuó aún más cuando los que sobrevivían a los inhumanos trabajos en los campos de algodón de los estados sureños de Estados Unidos debían reunir también esa capacidad fisiológica para sobrevivir.
La naturaleza siguió su curso y los genes afroamericanos predispuestos a mayor retención de agua y sodio fueron resisitendo el paso de los años y extendiendo su acervo genético en el Nuevo Mundo. Y, aunque cada vez más ‘diluidos’, estos supervivientes con descendencia africana mantuvieron su genética particular hasta pasados cientos de años, con el ‘precio’ de una mayor tendencia a la hipertensión.
Son estas pequeñas diferencias genéticas las que hacen que, desde un punto de vista estrictamente científico, se hagan distinciones entre razas, hasta el punto de que para poder aprobar el uso de ciertos medicamentos, muchos países exigen que se hagan ensayos clínicos entre su población local, por si acaso pudieran mostrarse estas diferencias raciales.
Hasta la fecha, por cierto, no se ha demostrado que estas diferencias genéticas raciales afecten a la inteligencia, así que los racistas auténticos tendrán que buscarse otra excusa para seguir considerandose inferiores o superiores a otras razas. De momento estas diferencias se quedan en lo anecdótico, como la menor tolerancia de los asiáticos al alcohol o , en la raza negra, los enormes po……………………………………………poderosos músculos que les hacen desarrollarse más facilmente que sus congéneres blancos.


Pues fíjate que yo creo haber leído en otra parte que el cambio brutal de hipertensión en la población afroamericana allí se debe principalmente a que hay bastante más clase «baja» de esa procedencia con lo cual se alimentan más de junk food ( Macdonald y precocinados), ya que resulta más barato…Y es debido a eso que la sufren casi el doble…pero vamos que ir tú me dices que es por sus gentes pues habrá que creérselo 😉
Chuuu!!
PD: A que hora será la pira esa? Este año me perdí San Juan y así aprovecho para quemar mis deseos… Jajaja
Probablemente ahora la primera causa de hipertensión entre los niggas sea la ateroesclerosis galopante provocada por comer tan sumamente mal, como tu dices. Cuando se planteó esta teoría estabamos entre los 70 y los 80, además de que el dato se conoció en los 60, cuando no estaba tan extendido el fast food, asi que la explicación a tanta hipertensión tenía que venir de otro lado 😉
La pira se cancela, han venido unos negros a salvarme, quien me lo iba a decir 😀
se non e vero, e ben trovato!! Aunque seria mejor llamarlo Neodarwinismo no? Por cierto si estas metido en el tema… que opinas sobre la especiación?
Me ha llamado mucho la atención lo de ‘se non e vero, e ben trovato’, lo leí hace muy poco y no consigo recordar el dónde…
A la teoría no le faltan detractores, pero incluso si no fuera cierta, es tan bonica, que vale la pena contarla 😀
No he leido tanto sobre la especiación como para dar opiniones certeras y fundamentadas, lo único que me atrevería a aportar sobre el tema es desterrar la falsa idea de que la evolución funciona a saltos, de la noche a la mañana, cuando es un proceso leeeento y paulatino
Gracias por tu comentario, un saludo!
Sin duda lo tuyo es la investigación exhaustiva, no hace falta que sigas buscando tu elemento:) . Te has visto la peli de 12 años de esclavitud y mira la tesis que te has formao, y muy interesante por cierto, no tenía ni idea.
Desde luego, los artículos que requieren mucha documentación e investigación son los que más me gusta hacer. Son trabajosos y costosos, pero la sensación que dejan al final es muy satisfactoria.
La peli la vi hace mucho tiempo, la tesis la escuché hace poco en una charla sobre hipertensión a la que asistí por casualidad y me llamó la atención, por eso me puse a leer sobre el tema. Y a lo tonto a lo tonto, pues pares una entrada ^^